El CD Burriana celebró el lunes por todo lo alto su ascenso a Tercera División tras la victoria del fin de semana en el Campo de Fútbol Municipal Joan Bautista Planelles, que se llenó de ilusión como hacía años que no ocurría. La celebración fue compartida con la afición, que ha apoyado al equipo durante toda la temporada, pasando de una recepción formal en el Ayuntamiento a un ambiente más distendido en el edificio Satine, donde no se descuidó ningún detalle, culminando en una mezcla perfecta de armonía y diversión.

Después de once años, el equipo celeste jugará su trigésima temporada en Tercera División, un hito que los aficionados celebraron a lo grande, llenando la Plaza Mayor de Burriana para homenajear a sus héroes que lograron este merecido ascenso.

El alcalde de Burriana, Jorge Monferrer, junto con la corporación municipal, recibió a los jugadores y directivos en el Ayuntamiento y les felicitó por el logro conseguido. El presidente del CD Burriana, Carlos Collado, el entrenador Óscar Calleja, y el capitán del equipo, Ángel Chumillas, expresaron su satisfacción durante sus intervenciones. La posterior aparición en el balcón fue una explosión de alegría mientras los jugadores lo celebraban con un público entusiasta.

Final de fiesta

La celebración para el equipo, la dirección, los aficionados, la familia y los amigos continuó en el edificio del patrocinador del equipo, Satine. El ambiente era de plena satisfacción, con un animado DJ y un speaker que ponían la música perfecta para cada momento. Todos los presentes disfrutaron de un generoso banquete.

Además de la celebración, en el edificio se recreó el Parris, un legendario bar local que había cerrado debido a la pandemia. Pedro, el alma del bar, hizo una aparición especial ese día, permitiendo a los jugadores y a sus seguidores degustar las famosas hamburguesas y perritos calientes que habían dado fama al bar. Además del catering preparado para el evento, Pedro y el Chef Gustavo de Almassora prepararon más de 200 hamburguesas y un centenar de salchichas.

La velada se prolongó hasta bien entrada la noche, ya que nadie quería abandonar este momento único que se convertiría en una parte entrañable de la historia del CD Burriana.