Una oleada de niños, acompañados de sus familias y llegados de diversas localidades de toda la Comunitat Valenciana, visitaron este jueves la esperada Casa de Papá Noel en Burriana. Se ha convertido en la gran atracción de esta Navidad. Los más pequeños estaban entusiasmados con la idea de conocer esta avanzadilla española de Papá Noel, que recrea con notable exactitud el mágico taller de Laponia.

Burriana bullía de actividad. Las atracciones de feria estaban abarrotadas, el puesto de churros no paraba de freírse y las tiendas de Calle San Vicente exhibían sus mercancías. La ciudad se llenó de alegría festiva, como en sus mejores tiempos, con el objetivo de contagiar la alegría a los niños. Las risas de estos jóvenes visitantes, sus caras de asombro y sus expresiones de deleite al sentarse en el regazo de Papá Noel y explorar el gran taller de regalos fueron la recompensa definitiva.

Esta brillante iniciativa fue impulsada por Satine en su edificio de la Plaza Mayor. En la entrada, los elfos esperaban, guiando a los niños en el proceso de clasificación y envío de regalos.

Un elfo recogía cartas, otro mostraba las llaves maestras, mientras un grupo de carpinteros preparaba juguetes, otros envolvían regalos y un minero sacaba carbón del pozo. Todo ello sobre un fondo cálido y acogedor, con una decoración navideña exquisitamente detallada y elegante que transportaba la imaginación a otro mundo.

El punto culminante esperaba al final del recorrido, donde Papá Noel saludó a los visitantes en su espaciosa habitación. Le acompañaban los renos Rudolph, Dasher y su hija Tati, que resultaron ser una gran atracción para niños y adultos.